Siempre que puedo voy a la montaña para recargarme, oxigenarme y liberarme de tantas cosas que nos llenan el alma y el corazón de cargas que se hacen pesadas.
En uno de esos paseos que suelo tener para mi me encontré con un paisaje precioso lleno de colores de otoño y vida, vi un grupo de ovejas típicas del terreno que visitaba, pues me fui a pasear la Parque Nacional de Urbasa, un entorno sumamente placentero para nuestros sentidos.
Disfrute mucho de ver animales tan propios de aquel entorno entonces me vino una inspiración para trasladar aquellos encuentros conmigo misma y que e recuerden lo precioso de cada momento.
Decidí hacer estos corderitos al estilo Tilda, escogí un color azul claro que aunque no le hace justicia la foto se ven muy lindos.
Tengo hechos mas pero hoy quise subir este par porque puestos en su pequeño pastizal me trasladan a mis momentos paz, añoranza de instantes y recarga de energía que tanto necesito para vivir.
Los hice en lino suave y delicado y de patitas les puse unos botones que van a juego. Quedan tan monos en un espacio destinado a reforzar recuerdos y emociones que tanto e gusta tener en casa.
Yo sigo con mis proyectos y seguro que dentro de nada os subo unos en los que estuve trabajando tan contenta.
Mientras tanto a disfrutar de unos días maravillosos!!!!!
CARLA